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martes, 20 de marzo de 2012

Johan Cruyff, el holandés volador

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Cruyff en un partido de Copa de Europa
ante el Benfica, en 1968.
Johan Cruyff (Amsterdam, 1947) es, además de uno de los mejores jugadores de la historia, también uno de los más influyentes en el fútbol moderno. Siempre pegado a un balón desde muy pequeño, con tan sólo diez años se llevó la alegría de su vida cuando recibió una carta de admisión en las filas del Ajax de Amsterdam, el equipo de sus amores, y con el que debutó a los dieciséis en partido oficial ante el Groningen. Cruyff era un delantero rápido, desequilibrante, habilidoso, con un buen manejo de las dos piernas y una excelente técnica individual. Sin embargo, destacó también por su influencia en el juego; como diría su técnico en el Ajax, Stephan Kovacs, "El juego de Cruyff no es el de Pelé, Di Stéfano o Kopa. Es sencillamente, el suyo, inimitable. Cruyff es el mejor táctico del mundo". Fue la pieza clave del llamado fútbol total, con el que el Ajax y la selección holandesa maravillaron al mundo en la primera mitad de los 70.

Con Cruyff, el Ajax vivió los mejores momentos de su historia. El fútbol holandés, hasta entonces desconocido, se asomaba por primera vez al panorama internacional, al proclamarse campeón de Europa durante tres años consecutivos (de 1971 a 1973), además de perder otra final ante el Milán en 1969. En ésta época, jugó 318 partidos partidos oficiales y anotó 246 goles, además de ganar la Eredivise en seis ocasiones, la Copa Holandesa en otras cuatro y una Intercontinental. El delantero holandés se covirtió en la estrella más rutilante del fútbol europeo y mundial, ganando también un Balón de Oro. En el verano de 1973, la apertura del fútbol español a jugadores extranjeros de cualquier nacionalidad - dos por club - revolucionó el mercado y pronto comenzaron a aparecer especulaciones sobre los jugadores más codiciados.

Su fichaje por el Barça fue difícil
y muy mediático.
Cuando Johan Cruyff aterriza en Barcelona en 1973, el equipo azulgrana atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia, tras catorce años de sequía. Los últimos títulos se remontan a la época de Helenio Herrera en el banquillo, con figuras como Kubala, Kocsis o Luis Suárez en el campo. Rinus Michels, el entrenador con el que Cruyff había conseguido sus primeros éxitos en el Ajax, había sido contratado por el club azulgrana un par de años antes y no terminaba de encontrar el camino. Con la necesidad de volver a la senda de la victoria, el Barça comienza en unas negociaciones interminables que llenó portadas y portadas de periódicos en aquél verano de 1973. Finalmente, desembolsa una cantidad que le convierten en el fichaje más caro hasta ese momento: 2 millones de Dólares - alrededor de 1.5 millones de Euros - un sonado récord que dio la vuelta al mundo. El holandés llegó a Barcelona con la aureola de ser el mejor jugador del momento.

Cruyff, con el mítico número 14 que
lució en el Mundial de 1974.
En su primera temporada, con Cruyff a la cabeza, el Barça exhibe un buen fútbol y se proclama campeón de Liga con superioridad, dejando momentos históricos como el 0-5 al Real Madrid en el Bernabéu. Pero sin duda, uno de los goles más recordados fue el que Cruyff le hizo al Atlético de Madrid, por el que se le conocería cómo el holandés volador. Lo cierto es que su ciclo de cinco años en el Barça se cerró tal vez con menos éxito del esperado - una Liga en su primera temporada y una Copa en la última - pero Cruyff dejó detalles imborrables en la memoria de los aficionados al fútbol y se convirtió en un a figura muy querida. Durante su etapa como azulgrana gana otros dos Balones de Oro, y se convierte en el gran protagonista del Mundial de 1974 en el que Holanda, la asombrosa Naranja Mecánica, que venía haciendo el mejor fútbol de torneo, cae en la final ante la Alemania de Beckenbauer y Müller por 2-1. Cruyff nunca olvidaría el pegajoso marcaje al que lo sometió el alemán Berti Vogts aquél día.

Tras cinco años como azulgrana, sus problemas con la directiva le llevan a emigrar a Estados Unidos para jugar en Los Angeles Aztecs y los Washington Dimplomats, para luego retornar a la Liga Española y jugar algunos partidos en el Levante, antes de poner punto y final a su carrera en Holanda. Tras dos temporadas exitosas en el Ajax, su enfrentamiento con la directiva del club, que lo consideraban ya demasiado veterano para seguir jugando, lo lleva a fichar por el eterno rival, el Feyenoord. Allí les demuestra lo equivocados que estaban, al llevar al club de Rotterdam al doblete, los primeros títulos del club en diez años y los últimos de su carrera. Tras esa temporada se retira, en 1984, con 400 goles en 711 partidos en su haber, incluyendo 33 en 48 partidos como internacional. La importancia de Cruyff no sólo radica en una fantásticas condiciones que le convirtieron en el jugador más laureado de su época, sino también en su particular manera de entender el fútbol colectivo, que supusieron una revolución táctica en la década de los 70, y que fueron la base de su carrera como entrenador. En palabras del propio Cruyff, "El fútbol en aquella época era muy aburrido. Parecía que sólo se podía ganar defendiendo. Nosotros demostramos que se podía jugar al ataque y ganar igual."

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